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28 sept 2018

Los Reinos de Color. ©Aïcha 2018

Era una tarde densa de calor aplastante, los tres reyes cabalgando lomo con lomo, la cantimplora arrugada desde hacia varias horas, y el paso cansino de los caballos al borde del desmayo.
El camino polvoriento mermaba todo intento de dialogo así que el trasiego se ordenaba en silencio sepulcral. De pronto una brisa fresca y con olor a hierba recién cortada acaricio los rostros de los jinetes. Una risa jovial cortó el aire, adentrándose en el bosque tras ella, encontraron alegre a la reina de corazones bañándose medio vestida en una charca....
Al fin, dijo el rey Máximo , al fin llegamos a casa.…
hola chicos saludo la reina,,,
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Estaba todo el mundo tan callado que daba miedo....Así había sido durante los últimos días. El techo de la sala de reuniones parecía pesar sobre las cabezas. Terminada la convocatoria, sigilosa la reina dio media vuelta y susurro entre dientes..
buenas noches…
Abandonando tras ella caras de desconcierto. Algo se fraguaba en el reino, todos estaban confusos.
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En lo alto de la torre de poniente se dibujaba su esbelta figura tras el gran ventanal.
Allí estaba, contemplando el crepúsculo dorado y violeta, envuelta en un vaporoso camisón, erguida, elegante, el gesto sombrío y preocupado,.
Los Barones del reino habían estado ausentes y callados toda la semana, y la Reina temía esa falta de alegría y entusiasmo de sus compañeros. Si algo destacaba en la escalera de color era la amabilidad y concordancia de sus componentes.
Llamaron a la puerta, un mensajero traía un pergamino, le despidió con un ademán, ansiosa por ver el contenido, era de Sir Joseph Wade.
Rompió el sello color purpura y leyó atentamente. Al finalizar una suave sonrisa ilumino su rostro, ahora lo entendía todo… y aquellas noticias eran buenas para el reino.
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Volvieron a llamar a la puerta, la reina impaciente, pensó que el mensajero volvía con otra buena nueva.
Nadie en el quicio de la puerta, ni siquiera el guardia. Quiso cerrar pero un pie obstaculizo su acción. Una mano suave empujo despacio la hoja, y en el hueco apareció la silueta de un hombre encapuchado.

La Reina echo unos pasos atrás para dejarle entrar. El hombre cerro tras de si, se adelanto, le cogió las manos y las besos. La Dama tiro de la capucha y un rostro sonriente y bello apareció. Se acercaron y se fundieron en un tierno abrazo. La luz de la estancia se desvanecía, el sol se había puesto y solo quedaba un leve destello que iluminada los dos cuerpos entrelazados.
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En el silencio nocturno, en medio de la noche solo se oía el llanto de un niño de en la distancia, las estrellas centelleaban en el firmamento como pequeñas guirlandas luminosas. La paz y la armonía reinaban en FOE.
Pero en el fondo mullido de un colchón dos cuerpos se entregaban a una lucha sin cuartel hasta el agotamiento, hasta quedar sin resuello ni fuerzas.
las primeras luces del albor sorprendieron al jinete volviendo al mundo de las sombras, de lo misterioso y lo desconocido..Nadie sabia su nombre, ni conocía su rostro, ni porque venia a visitar a la reina de cuando en cuando, oculto y en medio de la noche …


Sentada en la sala de reuniones, la reina leía y firmaba los pergaminos donde se daban ordenes, se establecían sentencias, decretos, y correspondencias. Sigilosamente Max Brayton se acerco hasta el lado opuesto del escritorio, Adha levanto la vista,
-Toma asiento Max, que te ocurre? Te veo cansado y preocupado.
-Cierto mi Lady, respondió el caballero, vos sois la causa.
La reina se reclino hacia atrás en su asiento y clavando la mirada en los ojos de Brayton espero que hablara.
-Bien sabéis mi Lady, que desde el principio de reunirnos el destino, desde que entre a robaros en palacio y me cautivaron vuestras palabras, bien sabéis mi señora que os he sido fiel y leal.
Pero últimamente he visto correr por los pasillos cierto individuo, tenebroso y desconfiado y que escondéis en vuestros aposentos bien entrada la madrugada. No juzguéis mi actitud con desconfianza, sino como temor a que os ocurra algo malo. Jure que velaría por vos y eso es lo que hago ahora, no lo olvidéis.
-No Max, no lo olvido, como tampoco olvido que Sir Hug Goldwin también vela por los asuntos del reino allende de los mares, o que Sir Joseph Wade vela por los asuntos internos, y que vos sois mi primer consejero, maestro, mentor y amigo.

-Nada debéis temer, el caballero misterioso es de confianza. Y su identidad debe ser oculta y respetada por mi bien, y el bienestar del reino.
- Así sera mi lady, pero he observado que al amanecer cabalga con pesadas alforjas …
-Cierto milord, es el precio que tengo que pagar por sus servicios y sus informaciones.
Sacó de su escote una llave que utilizo para abrir el ultimo cajón de una cómoda destartalada que había en un rincón de la sala.
-Veis este cofre Max, es lo que me entrega el desconocido cuando viene a verme, aquí esta el mayor tesoro del reino, por el que pago con monedas y cuerpo.
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-¿Que contiene el cofre mi lady?
-No debes saberlo por tu bien, el de tu familia y el mio, Brayton. Y prometeme que nunca intentaras siquiera abrirlo. Te convertirías en su esclavo, su custodio y toda tu vida estaría destinada al sacrifico en bien de la humanidad. Esa tarea me corresponde a mi en este momento por no haber mantenido mi promesa, prometeme que nunca intentaras saber que hay dentro.
-Le seré fiel mientras viva Señora miá no necesito prometer nada. Su palabra es ley y yo cumplo sus leyes Majestad.
-No me llames majestad Max, tu también eres Rey, suena extraño, le dijo la reina mientras le empujaba hacia la puerta.

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Alto en nombre de la Escalera de color, ¿ Quien va?exclamo el guardia que vigilaba el puente del castillo.
Santo y Seña
No hay victoria sin dolor.
Un escudero de la Reina, solicitando audiencia.

El lacero fue conducido hasta la sala de reuniones donde la Reina Adha le recibió con cortesía. El caballero traía un atuendo polvoriento y el aspecto
cansado, pero su físico era sumamente atractivo.
No era la primera vez que acudía a palacio y en el patio a mas de una doncella se le fueron los ojos detrás.
El caballero se arrodillo ante la reina, y en un gesto de tremenda humildad beso los bajo de su vestido.
- Mi lady acudo esta noche a implorar os ayuda.
-Ays Sir Leo Teobald en que oscuro asunto os habéis metido esta vez? Asunto de bribones, de faldas? Ya os advertí que terminaríais maltrecho si algún marido celoso os sorprendiera milord.
-Cierto mi Señora pero mi naturaleza no me permite ser cauto y razonador, el hombre levanto la cabeza y un bello rostro alegro la vista de la dama, sus verdes ojos cristales de esmeraldas y su labios como pétalos de rosas, su largo pelo reposado sobre los hombres y aquel aire infantil no dejaba indiferente a ninguna mujer y levantaba envidias entre los varones, sabedor de sus encantos sabia explotarlos en beneficio.
-Que esperáis de mi Sir Leo Teobalt? Refugio, reprimenda o castigo?
- Espero de vos clemencia Majestad, sois la único que me entendéis y sabéis aliviar mis males.
- Esta vez no seré benevolente Milord, esta vez haréis frente a las consecuencias de vuestros actos y pediréis perdón en plaza publica con la firme promesa de enmendaros. Prefiero vuestro deshonor publico que vuestra muerte Sir Teobalt.
- No podéis hacer eso mi Lady. Afrontar consecuencias seria tener que casarme o el padre de la moza me colgaría de sálvese las partes. No soy burro de un solo abrevadero señora.
El hombre estaba al borde del llanto pero Adha le conocía tan bien que sabia que todo aquello era puro teatro con el único objetivo de conseguir sus propósitos como otras veces.
-Esta bien, pues entonces limpiareis las cuadras durante dos lunas.
-Majestad? Prefiero campos de batallas, llevare su nombre allende los mares, conquistare vecindarios para vos, construiré catedrales, pero las cuadras???
_Teobalt..la plaza o las cuadras.
Impuso la Dama sin un gesto de amistad en el rostro. El caballero volvió a arrodillarse y con la cabeza baja hizo una reverencia y salio de la estancia refunfuñando entre dientes.
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Rondaba el medio día cuando Adha bajo a las cocinas, encontrándose con Sir Joseph Wade, su consejero de asuntos internos. Era un hombre serio, parco en palabras pero aplicado y responsable. Nunca hubo un roce, una palabra malsonante, y Adha y él se profesaban mutua admiración.
-Buenas tardes mi lady.
-Buenas tardes Sir Joseph, me alegra encontrarle, llevo dias esperando su visita. Alguna noticia sobre el reino?
- Las habituales mi señora, cambio de vecindarios, preparando las defensas para poco probables ataques, convocando asambleas para posibles aliados, nada extraordinario…
- Confió en su eficiencia Milord. Sabe que puede contar conmigo para cualquier eventualidad.
-Así lo haré mi lady, y Sir Joseph volvio a agachar la cabeza sobre su plato. Adha cogio unas uvas y decidio salir a pasear al jardin, era principio de otoño y estaba el tiempo agradable.

La reina caminaba despacio y pensativa, en su mente volvian a abrirse viejos recuerdos y en su corazon viejas heridas. Sus ojos se empañaron de lágrimas amargas, era su momento secreto, su aislamiento del mundo en el que vivia. Era feliz, disfrutaba en numerosos momentos, y estaba rodeada de amigos entrañables, pero su alma pertenecia a otro tiempo y otra vida. Nadie, ecepto Max Brayton conocia algunos de sus mas profundos secretos. Habia compartido con él momentos amargos y su hombro le sirvio siempre de apoyo.
Andaba deambulando metida en su profundo pesar cuando una pequeña hoja de pergamino le reboto por las faldas. La recogio mirando alrededor y una leve sonrisa se dibujo de inmediato en su rostro.
-Elrick Gregorii ...no os oculteis reconozco vuestra letra.
El trozo de pergamino rezaba:
- Sabiendo que he dado un paso más para ser un gran guerrero, con el rostro en alto y paso firme regreso a su castillo para continuar con sus planes de conquista, mi lady, mi espada y lealtad a su servicio.

Sacudiendo su capa y su sombrero aparecio en medio de los setos un apuesto joven, de cabellera ondulada, tez morena, y amplia sonrisa. La reina se alegraba siempre de verle, era un remanso de luz y esperanza a su corazon. Su voz sonó suave y dulce como el susurro de un arroyo, encandilaba su acento foráneo y su belleza juvenil devolvia el amor por la vida. Reacio a las paredes y largos pasillos del castillo, siempre procuraba encontrarse con la reina en espacios abiertos. Era como todo él, necesitaba cielo y aire para volar.
Contaba la leyenda...que en los principios de su reinado, ese caballero le ayudo a construir sus grandes edificios y castillos y que ademas le enseñó el arte de la guerra.…
La reina instaba siempre por el amor y la paz, rogaba a sus señores y vasallos por un entendimiento y una convivencia agradable y justa, pero era necesario conocer los intringulis de la batalla y estar prepados para cualquier amenaza. En sus infinitas horas de clase y entreno se fraguo entre ellos una innegable y profunda amistad.
Pero Elrick Gregory no dejaba de ser joven, atrevido y ambicioso y disfrutaba con la reina de toda su libertad.

-La felicito bella doncella, por sus grandes capacidades y habilidades que ha ido demostrando día a día. Definitivamente es avispada y audaz, pero no se preocupe, por eso me gusta visitarla por las noches, para sentir su corazón vivo y atrevido y una vez más sentir la sangre caliente corriendo dentro de mi. Si ud quiere regalarme algo, entregue su dulce respiración y besos en mi boca.
- Maestro Elrick, se sonrojo la doncella, soy demasiado mayor para tantas emociones, ademas su merced siempre insiste que en el arte de la guerra se ha de tener la cabeza fria…

-Pero en el arte del amor procure siempre dejarse llevar por el corazon, exclamó el joven con una risita jocosa. De repente se quedo atento como el conejo que presiente el peligro. Se abalanzó sobre la reina y la empujó contra el tronco de un árbol. Dos guardas venían susurrando, cabizbajos…
- Si, el hijo de mi sobrino lo escuchó ayer en la taberna, la reina está muy confiada pero vienen tiempos revueltos. La chusma siempre quiere mas… dijo el mas gordo y anciano de los guardiánes.
-Cierto, cuanto mas adelantamos en el tiempo , y mejores casas y fabricas tenemos mas se nos exije, mas aportaciones, mas impuestos, mas suministros, cada vez se necesita mas, esto no puedo llegar a buen termino…
Las últimas palabras del guarda se difuminaron en el aire, Adha y Elrick todavía escondidos detrás del árbol apenas respiraban, la dama se zafo de los brazos del maestro de armas.
- Lo oyó mi lady? Es Usted demasiado complaciente, la plebe responde mejor bajo mano dura.
-No es mi misión someter al populacho Elrick, todo lo contrario, estoy aquí para redactar nuevas leyes e intentar buenos fines entre el pueblo, las guerras solo traen odios y venganzas que nunca acaban, se heredan de generación en generación, y hemos de acabar con esas diferencias entre hermanos.
-No lo entiendo, propulsa la paz, siendo su majestad una excelente guerrera, aunque le falte la crueldad y le sobre empatía..
-Así es Sir Gregory, así es, estoy aquí para traer la paz, de mi éxito dependerá el futuro de la humanidad….

La puerta se abrió suavemente y un haz de luz sesgó la tenebrosa y ahumada penumbra de la taberna. Despacio, su imponente figura se recortó al contraluz, y una bocanada de aire frio inundó la estancia.
Envuelta en una larga capa, solo unos pocos rizos pelirrojos denunciaban que era una mujer. Todos los soldados allí presentes volvieron su faz hacia ella, y un silencio espeso envolvió su aparición, a su costado un lobo plateado husmeaba el ambiente con la cola baja y el hocico alto.
Inmediatamente dos guerreros flanquearon la puerta y la mano sobre el puño de sus espadas pidieron reverencia.
_ De rodillas soldados, reverencia a vuestra Señora.
La muchacha rehusó con un ademán, y con paso seguro y firme se adentro en la tasca.
Se acerco al centro de la estancia y con todas las miradas clavadas en ella, con elegancia y destreza se quito la capa haciéndola girar alrededor suyo.
Y como en un segundo perdido en el misterio del tiempo la exclamación fue unánime….
Y como un haz de luz en medio de la oscuridad apareció, erguida y voluptuosa, sus ojos avellanas y los labios rojos adornaban un rostro bello y juvenil.
El jefe de la guardia clavo su rodilla en el suelo y agachando la cabeza mostró sumisión y respeto. Ahí en medio de la horda de asesinos y truhanes, estaba ella, involuta, incolumne y grandiosa, era la PAZ...y venia a salvar a los hombres…
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Adha se despertó del sueño de un sobresalto, un cuerpo y una mano sobre su boca la atenazaban.
Sintió como la otra mano del individuo rebuscaba por debajo de las sábanas hasta encontrar sus rodillas que apretó y acaricio suavemente. Los ojos de Adha se abrieron grandes, la mano sobre su boca aflojo el tiempo justo para dejarle exclamar:
-Paúl!!
El hombre se rio suavemente,
-Sabia que me reconocerías.
La dama se abalanzo sobre él, abrazándole y besandole llena de emoción y ternura. 
-Paúl, ¿como es que estas aquí? ¿Te han dado permiso? ¿y los guardas de la puerta?
-Si me han dado permiso, solo 24 horas, y a los guardas les das 2 monedas de euros y quedan asombrados. Esta vez rio mas fuerte.
-Shhh, te van a oír, cuéntame porque te han dejado venir, ¿el consejo pide mas de nosotros?
-No, al contrario, han considerado que estamos haciendo bien nuestro cometido y nos han otorgado una recompensa, nuestra voluntad y obediencia les congratula. Y la verdad yo me moría por verte. No es un viaje fácil llegar hasta aquí.
-Lo sé.
-Aun así tengo una pequeña misión que cumplir, darte unas instrucciones, y verificar que el cofre esta a buen recaudo. Sabe alguien de su existencia en este reino?
La Reina quedo pensativa, pero debía decir la verdad; era su marido y un agente especial enviado para su protección, viajaba desde otro mundo, otro tiempo, solo por encontrarse con ella un día, un solo día.
-Sir Brayton sabe que lo tengo y donde lo escondo, si me pasara algo alguien debe hacerse cargo.
-¿Donde lo tienes?
-En lugar seguro, en la sala de reuniones en un mueble de doble fondo, cajones y pasadizos secretos que llevan a la biblioteca donde se guardan los documentos importantes, nada que temer. Ademas aquí tengo la llave del cofre.
Con gesto insinuante sacó de entre sus senos la pequeña llave dorada y caliente.
Paúl acerco su mano y acaricio suavemente el escote de su camisón. Sus bucles rojizos, sus ojos y sus labios, donde poso los suyos con la misma delicadeza que se besa un niño.







Culpable ©Aïcha 2018




Y si mi corazón se volviera leño seco,
y mi alma fuera hetera e invisible,
y si mi sangre se volviera incolora y translucida,
y si mis ojos se quedaran sin luz,
y mis oídos sin sonido,
y mi boca sin tu sabor,
seria por eso menos culpable
de haberte querido?

Me he perdido ©Aïcha 2018


Me he perdido en el viento que mueves,
en la sombra de tu cuerpo,
en la humedad de tus besos.
Me he perdido, como quien pierde un amigo,
dejando en el alma un inmenso abismo.
Dejame corazón, dejame que me encuentre
en el hueco de un amor pequeño
y sin retoque.
Encuentráme en el vagar de las nubes,
en el fondo del pozo negro y oscuro,
estaré en un rinconcito de tu corazón,
seguro,
porque ahí es donde me he perdido.

¿Quien dijo que no? ©Aïcha 2018


Me siento
aquí a la orilla de mi vida,
me siento
estrangulada en el pecho una herida,
me siento
el alma perdida en el abismo,
y me duele,
me duele
este loco loco corazón mio.
Duele el corazón, duele.
¿Quien dijo que no?

No hay furia ©Aïcha 2018


No hay furia,
hay dolor;
dolor del alma,
del corazón, de la vida.
Dolor que escuece,
que te vuelve incrédulo,
impotente, rebelde..
Cuando has dejado todo,
olvidado todo,
y luchado todo por una idea, un amor,
y luego la vida te aleja de ese amor,
y sabes que esa pasión estará siempre viva,
una en cada orilla,
por ambas partes,
que esas almas estarán unidas,
pese al tiempo y la distancia;
pero que esos cuerpos
ya no volverán a encontrarse…
no es furia....es
..pobreza
es desanimo e infortunio.
Y si intentas reemplazarlo, fracasarás
porque el destino solo te da una oportunidad,
y sabes que nunca habrá otra vez,
que nunca más esa historia se repetirá...

23 dic 2017

Rey de los olivos ©Aïcha 2018

Más se volvió a perder
entre los troncos milenarios.
El dorado aceite brillaba
entre sus manos.
Su tiempo escaso
no le permitía ni un simple saludo.
Y aunque se acordara,
no solo su voluntad contaba.
Heme aquí con la duda,
muy a mi pesar,
si su interés era personal
o simple pasatiempo,
si era interés de verdad,
sincero y honesto.
Solo el tiempo
y la voluntad
dirán el resto.

25 nov 2017

Tiempo de cambios..©Aïcha 2017

Es tiempo de cambios.
La vida es un constante ir y venir de cosas que empiezan, crecen, y se mueren.
Mis ciclos de cambios van de ocho en ocho, sera también porque mi numero astrológico es el ocho, y yo que sé !!
 El caso es que vengo observando que no aguanto situaciones del tipo que sean, en este caso personales más de ocho años seguidos. 
Así que para el futuro ya estoy preparada.
Mis amores me duran eso, y bien que lo siento porque alguno hubiera querido para toda la vida. Pero la vida que me ama, no está de acuerdo y me produce un cambio constante para que mis ciclos vitales así sean.
Yo empece amarte más que a la luz de mis ojos el día que me volví y tu presencia tapo el horizonte.
Ese horizonte hoy te lleva lejos de mi, de mi vista, de mi presencia, y de mi vida.
He tardado mucho tiempo en comprender que no vas a volver. Que nuestra vida juntos se acabo.
Que todo se reduce a un hola como estas? Y cada vez mas distanciado y distante. Que ese horizonte lleno de luz y de estrellas, hoy está cubierto de nubes oscuras y lejanas.
Que mis sentimientos de amor y luz, cada vez son mas tenues y tristes.
Poco importa ya nada, si esto es la vida, esto es lo que me toca, así que me resigno, me encojo y sigo, esperando día tras día que sea el último.

Je te perds. ©Aïcha 2017


18 jun 2017

un cuento para mi princesa@ 2017

Video

@Un cuento para mi princesa

Erase una vez, en un país lejano y triste llamado
Irlanda, una princesita muy guapa que se llamaba Mia. En ese país que se, el cielo siempre estaba gris, feo y llorón, las nubes escondían casi todos los días los alegres rayos de sol. Solo de vez en cuando cuando las nubes se dormían o estaban perezosas para avanzar, entre ellas aparecían unos rayitos que venían a beberse el agua de la lluvia.

Un día, la princesita Mia, su mamá Myriam, su papá Andrew, y el pequeñito Dylan fueron de viaje, de vacaciones a España a visitar a su abuelita y su yaya, que vivían en un sitio donde hacía mucho sol y mucho calor. Donde habían palmeras verdes y un mar muy grande y muy azul.
Cuándo fue la hora de volver la princesita Mía no quería irse, porque a ella le gustaba mucho el sol  y el mar, entonces le dijo a su mamá:
  • Mummy podría llevarme un poquito de sol para nuestro jardín?
Su mamá le sonrió y le preguntó:
  • Y como te lo vas a llevar cariño?
  • lo meteré en un bote y luego en la maleta...
Asi que asi lo hicieron, salieron al parque con un bote grande dejaron que  el sol entrará en él y enseguida lo taparon, metieron el bote en la maleta y volvieron a su país.
Cuando llegaron a su casa la princesita Mia y su hermano Dylan corrieron al jardín con el bote lleno de sol para destaparlo y dejar que saliera.

Las nubes estaban atentas mirando que pasaba y se apretujaban unas contra otras, y cuchicheaban,
  • Tu que crees que traen en ese bote, decía una nubecita gris clarito.
  • Ay pues no sé, parece que hay una cosa dentro que brilla mucho, respondió su hermana gordita.
  • Lo han traído de España, ¿que será? preguntó una tercera que empujaba para ver mejor.
Mia y Dylan estaban sentados en el centro del jardín con el bote enmedio, Dylan que era más fuerte lo abrió y enseguida salieron rayos de sol desperezándose y bostezando, eran muy brillantes y dorados y daban calor.
  • Hoo, dijeron las nubes todas a la vez, como brillan y que bonitos son.

La princesita Mia y su hermanito Dylan, guardaron el bote muchos muchos años, y siempre que salían al  jardín a jugar, fuera invierno o verano, destapaban el bote y tenían luz y calor,
y un poquito de sol de España.

28 ago 2015

Trocitos de cielo...©Aïcha 2015

TROCITOS DE CIELO: VIDEO    reeditado

La música de este vídeo fue compuesta para mi poema por J.C Sánchez , gran y entrañable amigo y estupendo profesional de la SER. Desde el tiempo y la distancia un abrazo compañero.

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Nana para el Rey de mi alma.
Frases hechas, canciones de cuna que nunca se inventaron,
te fuiste antes de lo acordado,
 dejando mi corazón y mi alma llenos de pena.
Arrancándose con tu vida trocitos de mi cielo.
Te llevaste las estrellas plateadas
 que todas las noches iluminaban este dorado cielo  mío.
No quedaron  en el hueco tibio de tu cuerpo
más que palabras cansadas de consuelo ,
palabras, sin razón y sin sentido.

Niño de tez morena, voz de mil te quiero.
Tan grande es la pena
como el amor verdadero.
Niño ojitos de cielo,
Mi ilusión temprana.
El gentil de mis amores dueño.

¿Quién te cantará ahora tus nanas?
Noches enteras sin dormir
Velando tu ensueño.
El cielo infinito cuidara ahora de ti,
Y la luna pintara de espuma tu frente.
Mientras yo muerdo mis labios
Hasta ensangrentarlos,
Para que ese dolor mitigue un poco,
el de mi corazón, y mi alma doliente.

Dejaste en mis labios esos besos robados,
 esos besos que nunca diste
 más que con la mirada.
Allá lejos en la distancia y el tiempo,
En las noches de verano
Cuando caen las estrellas del cielo
Esas pequeñas estrellas fugaces,
Siento todavía que te amo,
Mi pequeño.

En la penumbra de tu cuarto
Entre el ahora y el antes,
Sé que son tus lágrimas
Que derramas para decirme
Que no me olvidaste.
Y de espuma blanca
Bañara la luna tu frente.
Y te llevaras en un barco de sueños
El mecer de una canción de cuna
Que nunca se inventara.
Voz de palabras en silencio.
Mientras me muerdo los labios
Hasta la sangre,
Para mitigar este dolor
Del  alma doliente
Y de un corazón solitario.

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Cantos a mi memoria...

Quiero cada noche vivir nuestras vidas, y cada mañana despertar a nuestros sueños ...